EL PERRO Y EL PERRO A LA BÚSQUEDA DEL HUESO.

             

Ladran en un callejón de esos que no se ven por acá, un perro de esos
que no miramos con facilidad: negro, viejo, grande, chandoso y con
chanda. Ladra con agonía, propia de las frustraciones que dan un
apartamento de soltero, una vida de soltero; la importancia de vivir
lo que se ha vivido siendo soltero sin querer serlo. Los colores no
son colores, son luz hecha color. A usted y a mí nos han enseñado a
pensar. Pensar es lo que evita hacer el perro que ladra, el perro
negro sigue ladrando y afortunadamente él no se permite pensar. Un
café, una servilleta y las migas de una tostada con mermelada de mora
y nutella acompañan el mantel, la mesa, la silla, las cuatro paredes y
una foto colgante de él y de ella... la foto quiere salir del marco,
el marco de la pared y la pared dejar de mirar para así evadir los
pensamientos del ladrador que piensa. El perro negro del callejón ya
no ladra; hace dos días murió: solo como un perro. Hoy se va a caer el
marco, se quebrara el vidrio y la foto solo quedara herida. La pared
tendrá que pensar y de nuevo alguien ladrara.

PUTA.



Grita puta; griiiitaaaa. La puta no grita. Grita puta, grita
¡malparida que te pago por gritar! La puta no grita. Recordá miserable
que si no gritas no te pago y si no te pago: te morís de hambre. La
puta grita. Come Martha, la barriga no da espera; además: barriga
llena ¡corazón contento! Martha Juega con Jaime. Martha no te vas a
enamorar de ese guevón del Alfredo; pendejo ese que está condenado a
vivir muerto de hambre. Martha ¡desagradecida! Venís preñada, ¡sucia
Martha; sucia! Martha llegó un cliente. Grita puta; griiiitaaa. La
puta grita y no se muere de hambre.

LUNA.



No son las nueve pero lo serán pronto, mientras tanto, además de
correr el minutero del reloj corre la mujer de las botas húmedas,
corre esquivando un charco, corre con el afán del hambre y del tiempo
que se acaba. Son las nueve y sobre la mesa de mantel a cuadros se
sirve una sopa a la que no le dieron tiempo de calentarse. -Corre y
deciles que la están esperando. Bebe la sopa, piensa, bebe la sopa,
llora, bebe la sopa, vuele a pensar. Las nueve quince marca el reloj
de la iglesia de puertas cerradas.  -Que andés a recibir una llamada
dice mi mamá. -De quién. -Si queres me esperás vuelvo corriendo le
pregunto y regreso corriendo a decirté. En el plato sobre la mesa
quedan trozos de papa y un cuncho de agua teñida de amarillo. -Alo.
-Alo. -Alooo. Las botas siguen secas, la respiración se agita, el
tiempo se acaba. -Si no vas a hablar para que llamas... para qué la
llamas ¡MALPARAIDA!

El hombre que solo podía besar.





Beso. Beso. Beso. ¿Cómo estás? Beso. ¿Desayuna? Beso. Hola. Beso. Adiós. Beso. Lo siento usted es positivo. Beso. Encantado de conocerle. Beso. Mañana será despedido. Beso. Deje de besarme. Beso. Usted está detenido por acoso sexual. Beso. Condenado a tres año de trabajo social y una orden de distanciamiento no menor a tres metros de aquello que no desean sus besos. Beso. Venga, acérquese, béseme, recuérdeme lo que es un beso... por favor; hace rato que lo deseo, a usted y a sus besos... pierda cuidado no soy una extraña; béseme. Abrazo.

GASOLINA.



Hay una chispa encendida que no se apagará. Juan grita encerrado en le silencio del abandono, en la oscuridad de la agonía; con el dolor de esperar una muerte que no llega. Melisa ríe a carcajadas, porta uniforme de policía, acaricia su arma de dotación con la sensibilidad y el amor sentido por Juan. Juan no recuerda los besos, las caricias; solo recuerda las palabras de Meliza. Muérete infeliz. El infierno es un lugar no existente al estar muertos. Suena una canción de los Ban Ban. Juan besa a Diomar. Diomar toca a Juan y se deja tocar. El calor de un cuerpo amado no es siempre el calor de un cuerpo extasiado. Juan eyacula. Juan Grita. Juan va a morir. Baila Meliza con Jorge, con Andres, con Rocío y de nuevo con Jorge. Jorge eyacula. Huele a gasolina y la gasolina se deposita en una bolsa plástica transparente. El condón se rompe. Diomar grita. Meliza fuma tranquila, satisfecha, sabiendo que no morirá aunque la muerte este en el humo. Juan se quema. Juan grita. Melisa apaga el cigarrillo. Nace el hijo bastardo de Diomar.

¡Algún día se realizara!



 Proyecto de cortometraje audiovisual.

Año de creación: 2008.

Autor: Alejandro Campos.




DESEANDO TU MUERTE.

Duración: 9 minutos.





SINOPSIS.


Un joven se encuentra en la soledad de su habitación, enfrentándose a un revolver como medio de escapatoria ante una prefunda depresión. Justo antes disparar, la voz de su madre quien llama y golpea la puerta del cuarto lo hace interrumpir su intención suicidad. En medio de la distracción causada, el joven dirige su mirada hacia una fotografía donde se encuentra junto a su mamá y dicha circunstancia lo hace reflexionar sobre como seria la vida de su madre al enfrentar el suicidio de su único hijo ante la sociedad; convirtiéndose este pensamiento en un impedimento ante el acto a realizar. Calisto, luego de visualizar algunos de sus mejores recuerdos y su mas grande temor: el dolor de su mamá; decide disparar primero contra quien le dio la vida, para así después morir consiente de no provocar el señalamiento y la discriminación del único ser importante en su corta y depresiva existencia.